Son las 4 de la tarde llego a casa tras un día agotador. Nada más llegar me dicen, ha llegado un paquete para ti. Pienso, es martes, que rapidez. Aún no he almorzado pero la curiosidad me puede... veo el paquete, papel de embalar marrón, todo muy discreto, hasta el nombre de la empresa remitente. El paquete será de unos 20 x 35 cm, me digo: "que caja más pequeña", la cojo, no pesa demasiado pero ahí dentro hay algo que no tiene precio. Abro la caja y ahí estan cada una cuidadosamente envuelta en papel protector y en una bolsa de plastico sellada. Abro la bolsa con cuidado, desenvuelvo y.... preciosas, tienen una forma perfecta, se adaptarán a todas las curvas del tobillo, gemelos y muslo. El cuero es mate pero con un tacto extremadamente suave, las acaricio, maravillosas. Ahora miro la horma, un puente espectacular, bien hecho, para q la curbatura del tacón se adapte a la forma del pie inclinado al máximo. Ahora miro el tacón, celestial, perfectamente tallado y de una finura extrema... me derrito. Decido no probármelas en ese momento... necesito una ducha y un ayudante.
Se ha echo oscuro, estoy fresca tras la ducha, llevo un camisón de raso que deja al descubierto las piernas... es el momento que estaba esperando. Miro bien las botas, por suerte tienen una cremallera lateral que me ayudará a ponérmelas sin ayudante provisionalmente. Cojo unas medias y me las pongo para facilitar la operación. Me siento en el sofá, desempaqueto la bota, quito el papel q llevan dentro para q no se deformen... desabrocho, la cremallera, ¿oyes el cric, cric, cric? Y empecemos el pie, la pantorrilla, la rodilla, el muslo, pero ahora falta lo más dificil el pie tiene q entrar en la bota. Doblo la pierna y la apoyo en el suelo, nunca había llevado unas botas tan impresionantes, noto su presencia, como presionan mi muslo al doblar la pierna. Me ayudo con una mano y el suelo guiando el pie hacia el lugar correcto, zas dentro, que sensación, maravillosa, noto mis pies en todo su esplendor con el empeine bien marcado ahí dentro... Noto que mi pie está bastante libre, podré ponerles unas plantillas para q el pie descanse sobre algodones, la suela es fina, y llevarlas un buen rato puestas podría convertirse en un masaje obligado después... ahora la tarea difícil de abrochar la cremallera, se trata de unas botas nuevas, muy ajustadas, la piel tiene q acostumbrarse a mis formas, empiezo a subir, ya han comprimido el empeine, lo más complicado ha pasado y se desliza hacia arriba sin ningún problema.
Hago lo mismo con la otra… los mismos pasos, pero esta vez notando ya una pierna abrazada por la maravillosas bota. Noto la piel sobretodo en la cara interna del muslo, noto su calidez, piel contra piel unida, fundida en calor. Acabo con la segunda que me da algún que otro problema con la cremallera pero sin más consecuencias. Ahora apoyo los dos pies en el suelo, aún sentada.... que sensación tan agradable.. me pregunto... podré mantener bien el equilibrio con ese tacón tan extremado... respiro, gozo de las caricia de la bota a lo largo de la pierna desde la punta de los dedos, q estan libres, pasando por el empeine bien sujeto, el talón q se adapta perfectamente a la forma de mi pie, el tobillo perfectamente marcado, las pantorillas realzadas por la curbatura del pie y los muslos, q no estan acustumbrados al tacto del cuero. Gozo de las sensaciones de mi pie arqueado... Tomo aire.. llegó el momento... me pongo en pie, la sensación es mucho mejor de lo q esperaba, totalmente placentera. La suela es fina y el tacón inestable, me contoneo mientras doy pasitos, es como estar bailando, a dejarse llevar.... ahora noto con mas fuerza el pie arqueado... sigo adelante, camino en linea recta, al principio algo temerosa, pero me voy soltando, hago varias pasarelas, es imposible no contonearse al son del tic tac.
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