viernes, 4 de enero de 2008

Analisis del Amante Lesbiano (Lectura y comentario) Primera Parte




El inicio del libro es de comprensión complicada, ya que el autor juega continuamente con el factor tiempo, mezclando en cada momento el presente con el pasado, dando la impresión de que el protagonista está soñando, o quizás, incluso que está muerto, y está viviendo una experiencia más allá de la muerte, con la mezcla de recuerdos de su vida, el reencuentro con seres queridos muertos antes que el. He intentado buscar otras explicaciones, leyendo más profundamente el inicio, pero me inclino a pensar en esta última posibilidad. La historia comienza con el protagonista en una especie de centro comercial, al que ha ido a parar sin saber como ni por qué. Se encuentra muy a gusto en ese sitio, en una galería donde el techo se confunde con las nubes, y donde la luz cambia de tonalidades. Allí dentro recuerda en ver una café, un lugar el cual visitaba muy asiduamente, donde reconoce a una camarera. Se queda sorprendido que ese lugar no haya que pagar consumición alguna, ya que por lo visto, todo está incluido en el precio de la entrada. Pero el no recuerda haber pagado ninguna entrada, Al salir del café, ve unas revistas que publicaban cuando él era pequeño, cómics de su infancia, semanarios, etc., que tampoco hay que pagar para llevárselos. En esto, encuentra un banco, y se sienta, y aparece un hombre que le lleva una caja, que por lo visto había olvidado en la barra del bar. No recuerda llevar consigo ninguna caja, por lo que se queda de nuevo sorprendido. A pesar de ello, se la queda, la abre, y encuentra en su interior una colección de postales del principios del siglo XX, postales que familiares habían enviado a sus padres, desde lugares como París, Marruecos, etc. Por lo visto, en aquella época era muy popular enviar postales y todo ello le evoca el recuerdo de su madre. Al poco rato de estar allí, pasa un tranvía, precisamente el número de línea que pasa al lado de su casa. Inmediatamente, aparece en la habitación de la madre. En ella reina un cuadro de su madre en actitud dominante. Pero se fija que el gesto no es más bien el mismo, como si hubiera cambiado. Revisando las postales, siente la voz de su madre en la espalda, se gira, y se alegra de haberla visto, convirtiéndose en un niño que corre para sentarse en sus piernas. Mantienen una conversación. Explica que ella está allí, por él la ha llamado, e intercambian recuerdos del pasado. Él se fija que lleva los zapatos de bailar. Los recuerdos les llevan hasta la guerra civil española, e incluso, a experiencias previas de la madre a principios del siglo XX. Aquí se descubre que el padre murió a principios de la guerra. También se explica que la madre sobreprotegió al niño, para evitar que este pudiera ir a filas. La madre vestía a su hijo como un niño, por que temía que sino parecería demasiado mayor y se lo llevasen al frente. De golpe, la madre se desvanece, quedando tan solo los zapatos de baile que llevaba puestos, los cuales, recuerda que guardaba en su baúl. Su familia estaba relacionada o era amante de la cultura árabe. Su casa estaba llena de detalles arabescos. A continuación, recuerda su infancia. Recuerda las playas del norte de África, cerca de Melilla. Allí es donde pasó una temporada con su padre, y su tía, justo antes que empezase la guerra civil. Su madre, por aquel entonces, estaba en Madrid ya que odiaba aquel lugar. Mientras recuerda la playa, aparece su tía. Esta mujer fue la primera que despertó en él su sensualidad, y con la cual descubrió lo femenino en mayúsculas. Intuyo que a partir de entonces comenzó a ver a las mujeres como Diosas. En especial, recuerda los baños matutinos en la playa, o como los dos entraban en el mar y él fijaba la vista en su tía, viéndola entrar en el mar como una Diosa. Ella le confiesa que muchas noches le había visto dormir desnudo, y el, al sentir esto, le confiesa que podrían haber vivido algo más juntos, ya que ambos sentían una atracción especial. Pero ella le dice que no podía ser, que ambos eran del mismo género, el género sumiso, y que sólo funcionan las cosas cuando se encuentra a alguien contrapuesto. Su madre era del género dominante, su tía, su padre y él mismo, del género sumiso.


Comentario de lo leído hasta la página 17.

Me gustaría a continuación comentar una par de puntos:

- Intuyo que el protagonista tuvo problemas con la madre. En un punto de la lectura, habla de como la madre intento moldear al hijo para hacerlo fuerte, para convertirlo en dominante, como ella. Pero el hijo le salió como el padre, sumiso, incluso débil. Quizás esto le marcó de por vida la relación con la madre, y diría incluso, marcó su propia personalidad, ya que supongo que la madre le llenó la cabeza con ideas, actitudes, etc., que después no coincidirían con la naturaleza propia del hijo. Puede ser que por ello, viese las mujeres como Diosas, al ligar la fortaleza y la dominación con las mujeres.

- Por otro lado, me he fijado en el hecho de que la tía hablase del género sumiso. Hace ya unos meses recuerdo que en una conversación con Usted, me preguntó de que género me sentía. Yo no entendí el sentido de la pregunta, puesto que relacioné el género con el sexo, y le contesté masculino. Después de que me aclarase la pregunta, le contesté que sexualmente me sentía como un hombre, pero que no tenia muy claro si como género me podía sentir como una mujer, y le comparé, que si ser sumiso significaba sentirse como género femenino, entonces mi género era femenino.

Esta es una parte complicada de definir, Yo no creo que el papel dominante y sumiso sean propios de un género u otro. Pertenecen a otra definición que va mucho mas allá del género o del sexo. En otras palabras, yo no veo que Usted, por ser del género dominante, sea del género masculino. Es Usted muy femenina, no solo por que su sexo es femenino, sino por que es una gran mujer, en todos los sentidos, que ya de por sí hace que sea atractiva para cualquier hombre, pero además, con el factor dominante, que hace que sea la mujer mas bella para los ojos de este sumiso.

Seguramente Usted sabrá interpretar mucho mejor que yo el inicio de este libro. Por eso le ruego, si a Usted le parece, conocer su opinión. Le agradezco también la oportunidad que me da de leer este libro.