La superioridad física, mental y sexual de la mujer se hará sentir en la medida en que logre emanciparse de los prejuicios producidos por la cultura machista milenaria. Abandonar los preconceptos sobre la feminidad entendida como debilidad, pasividad, blandura, minusvalor, incompetencia, incapacidad, impotencia, sumisión, pusilanimidad, frivolidad, represión o disimulo del deseo y de los apetitos naturales, es una exigencia para la Mujer del Siglo XXI. De lo que se trata entonces es de producir una revolución cultural, una transformación de valores y especificamente la construcción de un nuevo concepto de feminidad, entendida como fortaleza, poder, iniciativa, acción, dominio, agresividad (bien entendida), dureza, definición, competitividad, potencia, plusvalor, expresividad del deseo, inteligencia, sagacidad, tenacidad, disciplina, voluntad.
Lo primero que tiene que hacer la mujer, ojalá desde niña, es desarrollar su cuerpo, su musculatura, su plena capacidad física y de combate. Para ello debe entrenarse en diferentes deportes, en especial en artes marciales, levantamiento de pesas y fisicoculturismo, así como en aquellas disciplinas que desarrollen la agilidad, la coordinación muscular, la precisión de movimientos, el dominio del esquema corporal. De esta manera la mujer le quita al hombre la supremacía física que ha sido historicamente el soporte de la sociedad machista y patriarcal. Lo demás es aprovechar las debilidades del hombre, que facilitan ser dominado mental y sexualmente por la mujer y capitalizar la evolución social y cultural que ha legitimado las conquistas de género, pero el paso decisivo es ir más allá de la igualdad de los sexos para imponer la superioridad del sexo fuerte: ¡el femenino!.
En el matrimonio del tercer milenio la supremacía femenina debe florecer en todo su esplendor. Desde niña, la mujer debe aprender a dominar a los hombres, fisica y mentalmente. Si las niñas aprenden a derrotar y dominar a los niños y luego las chicas adolescentes vencen y dominan a los muchachos adolescentes, cuando ella sea adulta ya será experta en la dominación femenina del sexo masculino. Así ella pondrá las condiciones para un matrimonio de nuevo tipo, base del hogar feminista.
La mujer emancipada de siglos de patriarcado entiende que el poder, la autoridad, la agresividad, la iniciativa, la voluntad imponente, la fuerza, el cuerpo atlético, la habilidad corporal para el combate, la talla, el volumen y la definición muscular, el carácter dominante, el rol activo en el intercambio sexual, la penetración del otro, la posesión del otro, etc, etc, NO SON EXCLUSIVIDAD MASCULINA. Por el contrario, a estas alturas de la evolución cultural, la mujer está mejor preparada para ejercer la dominación e imponer sus condiciones, mientras los hombres cada día pierden sus antiguos monopolios y se ven avasallados por el sexo opuesto en todos los campos de la vida social, demostrándose así que EL VERDADERO SEXO DÉBIL ES EL MASCULINO.
En los países culturalmente más avanzados del mundo, como los escandinavos, encontramos ya un predominio femenino en los órganos de poder y en el hogar las funciones de género se han alterado drasticamente e incluso podríamos decir que se han invertido, hasta el punto que cuando nace un bebé en un hogar el padre tiene derecho a una licencia de paternidad para así poder cumplir sus funciones de atenderlo.
En muchos países de Europa o en EEUU, el fisicoculturismo femenino y el fitness están transformando los patrones estéticos, en especial los conceptos de belleza, dejando atrás los prejuicios machistas que consideraban la musculatura y el poder físico como propiedad masculina exclusiva.
Cada vez es más común encontrar parejas donde se presentan una o varias de las siguientes situaciones:
Ella obtiene mayores ingresos económicos que él (el avance de la mujer en capacidad y desarrollo profesional década tras década es demasiado notorio en todo el mundo),
Ella es la que trabaja profesionalmente mientras él atiende el hogar, se encarga de las labores domésticas (aseo, cocina) y cuida los niños (véase por ejemplo los países escandinavos, la tierra de los bravos vikingos resultó ser la tierra de las valkirias,
Ella toma las principales decisiones en el hogar (ella lleva las riendas por ser más responsable y capaz),
Ella es mayor que él (la antigua costumbre de emparejarse las mujeres jóvenes con hombres mayores va cediendo y este aspecto tiende a perder importancia),
Ella es de mayor estatura que él (el dimorfismo de la especie en este aspecto tiene a desaparecer -en gran parte era un producto cultural- y quizás en un futuro el promedio femenino de estatura supere al masculino como sucede en otras especies animales),
Ella es más atlética que él (ella tiene definición y tonificación muscular gracias a la práctica de aeróbicos, al gimnasio o alguna disciplina deportiva mientras él se vuelve blando y fofo con los años producto de la característica pereza masculina y su afición por la cerveza, la TV y la vida sedentaria),
Ella es más fuerte que él (por su mayor disciplina en la cultura física, por carácter y entrenamiento se hace cada vez más frecuente que la mujer supere al hombre en fortaleza, en especial si desde niña fue criada sin prejuicios estúpidos sobre el ejercicio físico como terreno masculino),
Ella lo vence a él en lucha cuerpo a cuerpo (cada vez más las mujeres se entrenan en artes marciales y demuestran que pueden hacer todo lo que los hombres hacen e incluso más y mejor),
Ella es la que tiene la iniciativa sexual (por ejemplo, ya es común que ella sea la que decida cuándo iniciar una relación sexual y dentro de ésta sea ella quien decide cuándo y cómo tener sexo),
Ella es la que ocupa la posición de arriba en el sexo y él queda abajo (lo cual por supuesto le da a ella el control).
Ella es la que lo penetra a él (prácticas como el role reversal, el masaje de próstata, los enemas, el fisting, el uso cada vez más profuso de los strap-on dildos y los buttplugs, le brindan a la mujer la posibilidad de estar en el lado penetrante de la relación, lo cual a su vez, le permite al hombre mayor placer sexual al ser estimulado en el denominado punto G masculino en la parte inferior de la próstata que se alcanza a través del recto)
Extraído de aquí
Lo primero que tiene que hacer la mujer, ojalá desde niña, es desarrollar su cuerpo, su musculatura, su plena capacidad física y de combate. Para ello debe entrenarse en diferentes deportes, en especial en artes marciales, levantamiento de pesas y fisicoculturismo, así como en aquellas disciplinas que desarrollen la agilidad, la coordinación muscular, la precisión de movimientos, el dominio del esquema corporal. De esta manera la mujer le quita al hombre la supremacía física que ha sido historicamente el soporte de la sociedad machista y patriarcal. Lo demás es aprovechar las debilidades del hombre, que facilitan ser dominado mental y sexualmente por la mujer y capitalizar la evolución social y cultural que ha legitimado las conquistas de género, pero el paso decisivo es ir más allá de la igualdad de los sexos para imponer la superioridad del sexo fuerte: ¡el femenino!.
En el matrimonio del tercer milenio la supremacía femenina debe florecer en todo su esplendor. Desde niña, la mujer debe aprender a dominar a los hombres, fisica y mentalmente. Si las niñas aprenden a derrotar y dominar a los niños y luego las chicas adolescentes vencen y dominan a los muchachos adolescentes, cuando ella sea adulta ya será experta en la dominación femenina del sexo masculino. Así ella pondrá las condiciones para un matrimonio de nuevo tipo, base del hogar feminista.
La mujer emancipada de siglos de patriarcado entiende que el poder, la autoridad, la agresividad, la iniciativa, la voluntad imponente, la fuerza, el cuerpo atlético, la habilidad corporal para el combate, la talla, el volumen y la definición muscular, el carácter dominante, el rol activo en el intercambio sexual, la penetración del otro, la posesión del otro, etc, etc, NO SON EXCLUSIVIDAD MASCULINA. Por el contrario, a estas alturas de la evolución cultural, la mujer está mejor preparada para ejercer la dominación e imponer sus condiciones, mientras los hombres cada día pierden sus antiguos monopolios y se ven avasallados por el sexo opuesto en todos los campos de la vida social, demostrándose así que EL VERDADERO SEXO DÉBIL ES EL MASCULINO.
En los países culturalmente más avanzados del mundo, como los escandinavos, encontramos ya un predominio femenino en los órganos de poder y en el hogar las funciones de género se han alterado drasticamente e incluso podríamos decir que se han invertido, hasta el punto que cuando nace un bebé en un hogar el padre tiene derecho a una licencia de paternidad para así poder cumplir sus funciones de atenderlo.
En muchos países de Europa o en EEUU, el fisicoculturismo femenino y el fitness están transformando los patrones estéticos, en especial los conceptos de belleza, dejando atrás los prejuicios machistas que consideraban la musculatura y el poder físico como propiedad masculina exclusiva.
Cada vez es más común encontrar parejas donde se presentan una o varias de las siguientes situaciones:
Ella obtiene mayores ingresos económicos que él (el avance de la mujer en capacidad y desarrollo profesional década tras década es demasiado notorio en todo el mundo),
Ella es la que trabaja profesionalmente mientras él atiende el hogar, se encarga de las labores domésticas (aseo, cocina) y cuida los niños (véase por ejemplo los países escandinavos, la tierra de los bravos vikingos resultó ser la tierra de las valkirias,
Ella toma las principales decisiones en el hogar (ella lleva las riendas por ser más responsable y capaz),
Ella es mayor que él (la antigua costumbre de emparejarse las mujeres jóvenes con hombres mayores va cediendo y este aspecto tiende a perder importancia),
Ella es de mayor estatura que él (el dimorfismo de la especie en este aspecto tiene a desaparecer -en gran parte era un producto cultural- y quizás en un futuro el promedio femenino de estatura supere al masculino como sucede en otras especies animales),
Ella es más atlética que él (ella tiene definición y tonificación muscular gracias a la práctica de aeróbicos, al gimnasio o alguna disciplina deportiva mientras él se vuelve blando y fofo con los años producto de la característica pereza masculina y su afición por la cerveza, la TV y la vida sedentaria),
Ella es más fuerte que él (por su mayor disciplina en la cultura física, por carácter y entrenamiento se hace cada vez más frecuente que la mujer supere al hombre en fortaleza, en especial si desde niña fue criada sin prejuicios estúpidos sobre el ejercicio físico como terreno masculino),
Ella lo vence a él en lucha cuerpo a cuerpo (cada vez más las mujeres se entrenan en artes marciales y demuestran que pueden hacer todo lo que los hombres hacen e incluso más y mejor),
Ella es la que tiene la iniciativa sexual (por ejemplo, ya es común que ella sea la que decida cuándo iniciar una relación sexual y dentro de ésta sea ella quien decide cuándo y cómo tener sexo),
Ella es la que ocupa la posición de arriba en el sexo y él queda abajo (lo cual por supuesto le da a ella el control).
Ella es la que lo penetra a él (prácticas como el role reversal, el masaje de próstata, los enemas, el fisting, el uso cada vez más profuso de los strap-on dildos y los buttplugs, le brindan a la mujer la posibilidad de estar en el lado penetrante de la relación, lo cual a su vez, le permite al hombre mayor placer sexual al ser estimulado en el denominado punto G masculino en la parte inferior de la próstata que se alcanza a través del recto)
Extraído de aquí
1 comentario:
Pinches mujeres pendejas nunca van a poder superar al hombre física ni mucho menos mentalmente, el hombre siempre a dominado el mundo, ahí están los ejemplos de Carlo Magno, Gengis Khan, Shakespeare y por qué no decirlo hasta Hitler, por favor en vez de querer sacar a la luz sus lesbianismos mejor pónganse a estudiar si es que nos quieren superar...
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