viernes, 30 de marzo de 2007

Reflexiones sartreanas sobre la comunicación




En Sarte, el “ser-para-otro” o se apropia del otro (y lo convierte en “ser para sí”:sadismo), o se convierte en “ser-para-sí” para el otro (haciendose objeto de posesión para el masoquista: masoquismo). El sádico dice “te quiero objeto para mi”; y el masoquista dice: “yo quiero ser objeto para ti, como tú quieres”. No hay comunicación si los dos a la vez no siguen siendo sujeto en el encuentro.


La mirada cosifica al otro.


La mirada inmoviliza al otro, que es el infierno.


La indiferencia hacia el prójimo consiste en mirar la mirada ajena y construir mi subjetividad sobre el derrumbe de la ajena.


El otro en Sartre acrece mi solipsismo, y cuando se le desea es para reducirlo a objeto personal o que él me anonade (que bonita palabra).


En definitiva el camino de ida y vuelta al pleno acceso del otro no es posible, la comunicación no se cumple.



Telón de fondo pesimista, insuflemos algo de claridad. ¿Olvidamos el consenso, la capacidad de escucha recíproca, la simpatía y por supuesto la empatía ? ¿Sería para Sarte el sujeto switch el único capaz de comunicarse ;)?

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